Óscar Pérez Contreras
La educación superior es la fase final de la pirámide formal de quince peldaños anuales aprobados que nos conduce a asumir con eficiencia y honestidad el rol que la sociedad demanda de los ciudadanos más competentes para impulsar el desarrollo socioeconómico, ambiental y cultural del país.
Como Promoción 1963-1967 UNALM nos nutrimos, en el preámbulo del ejercicio profesional, de una sólida formación académica y de los avances científico-tecnológicos agropecuario, forestal, pesquero, educación rural y ciencias naturales y sociales contextualizadas al quehacer rural y nacional. Especialidades todas ellas representadas en la ceremonia de la graduación de la séptima promoción molinera de bachilleres del 22 de marzo de 1968.
Fue en el campus-villa de la UNALM con un paisaje e infraestructura académica y de conocimiento e investigación privilegiados: aulas equipadas, laboratorios, institutos, programa y proyectos de investigación y centros piloto de procesamiento agropecuario, instalaciones y canchas deportivas en donde internalizamos el modus operandi y el know how de nuestra Alma Mater.
Somos
una muestra representativa del quehacer socioeconómico y cultural del país, tal
como lo destaca la colega Lola Barrenechea. Recibimos una sólida formación
académica de un plantel de docentes e investigadores, con reciclaje periódico
de conocimiento. Por lo cual también somos otra muestra representativa de la
calidad y del sello molinero de una población aproximada de treinta mil
bachilleres egresados desde nuestra graduación.
Antes
del Informe Brundltand de las Naciones Unidas ya conocimos los principios de la
sostenibilidad de los recursos naturales agua, suelo, flora y fauna terrestre y
marina, así como de los ecosistemas naturales y sistemas productivos de bienes
y servicios agrícolas, pecuarios, pesqueros y forestales. Este empoderamiento
constituye un valor agregado de competitividad reflejado en el ejercicio
profesional de los integrantes de la promoción, desarrollado tanto en el sector
público y privado nacionales, como en organismos internacionales y consultorías
en los cinco continentes.
Por eso es importante reflexionar sobre el estilo
normativo-promotor y académico, y el saber hacer científico tecnológico de la
UNALM a fin de clarificar la internalización y transferencia de conocimiento y
praxis molinera en la formación y el ejercicio profesional de la Promoción
1963-1967, invitando a la comunidad molinera a reforzar como actores
competitivos, eficientes, proactivos y honestos su participación en el
desarrollo y bienestar que la sociedad demanda de nosotros.
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